Recursos

Después de un descanso de casi tres meses reanudamos el blog nuevamente. Estos días no han servido únicamente para disfrutar de nuestras vacaciones, sinó en ellos hemos trabajado intensamente el Apego, tan básico, tan importante para los niños adoptados.

Hemos dado siempre mucha importancia a la función reparadora de los padres adoptivos,  ya comenté que "Adopción y Vínculo familiar" (agotado, pero,  en breve será editado por la Editorial Herder) nos ayudo mucho a tener un "diagnóstico" de lo que nos íbamos a encontrar en esos momentos y venideros... pero necesitamos más.. en la bibliografia de dicho libro nos muestra otro " El apego y la perdida" de John Bowlby (1907-1990) formó parte de la dirección de la Clínica Tavistock y fué consultor para la salud mental en la Organización Mundial de la Salud. Editado por Paidos http://www.paidos.com/

Divido en tres partes "El apego y la pérdida", he comenzado la lectura por la primera,  con ella he entendiendo las pautas marcadas en manuales de adopción para fomentar el apego.. en resumen... he entendido los porques de dichas recomendaciones.
 Un libro que me ha hecho crecer como madre, dándome muchas satisfaciones, me ha permitido mirarme y me ha ayudado a saber mirar a mis hijas.

Hemos querido remarcar un párrafo del libro, donde habla de acunar al bebe, las razones han sido la alta función terapeutica, de grandísimo consuelo que ha tenido y tiene en mi hija. De lo que supuso con 11 meses comenzar a acunarla por primera vez y seguir haciendolo ahora con casi cuatro años lo placentero que sigue siendo para las dos. Con la lectura del libro se pueden sacar muchísimas pautas, formas de actuar para maximizar nuestro apego. Imprescindible su lectura para nosotros.



   " ... Los primeros descubrimientos indicaron que, en estas cirunstancias, todos los bebés dejaban de llorar al recibir estimulación vestibular de la persona que le acuna. Se aplicaba un movimiento vertical con un recorrido de 7,5 cm. El llanto no se detenía cuando se mecía al bebe a muy poco velocidad ( unos treinta ciclos por minuto). Sin embargo una vez que la velocidad aumentaba a cincuenta ciclos por minuto , el llanto disminuía y , a velocidades de sesenta ciclos por minuto o más, todos los bebes dejaban de llorar y siempre se tranquilizaban. Es más, una vez alcanzada esta velocidad disminuían de manera notable los latidos del corazón (los cuales, durante el llanto, pueden llegar a un ritmo de doscientos por minuto o más....."

   "...De las observaciones e investigaciones descritas, podemos sacar la conclusión de que, cuando el bebé no siente hambre, frío ni dolor, los medios más eficaces para poner fin a su llanto son, por orden de importancia, el acto de acunarlo, la succión sin fines alimenticios y el sonido de una voz. Estos descubrimientos explican porque suele decirse que  los bebés lloran cuando se sienten solos y cuando desean que se les coja en brazos. Aunque no se justificaría atribuir tales sentimientos a los bebes durante los primeros meses de vida, sin embargo, hay bastante de verdad en estas opiniones. Los bebes pueden llorar cuando no se les acuna ni se les habla, mientras que dejan de llorar y se muestran contentos cuando se les dirige la palabra o se les acuna....."

 ".... Por tanto, es evidente que el acto de acunar al bebe equivale al de alimentarle, en cuanto a ser causa de interrumpción del llanto rítmico. Cuando el bebé está hambriento, el alimento constituye un agente eficaz de terminación del llanto, pero cuando no tiene hambre resulta más eficaz mececerlo"
                              El apego y la Pérdida. John Bowbly. Editorial Paidos.